La comida está de tal manera procesada, que no es necesario utilizar cubiertos.
La toma con sus manos, y con sus manos se la lleva a la boca.
Alguna vez, algún resto de comida quedó sobre sus ropas.
El vaso no es de vidrio, ni tampoco transparente. Tiene letras de colores y algunos dibujitos. No toma directamente de él, ya que está tapado para evitar que se derrame el jugo. Utiliza una bombillita, sorbe y sorbe hasta que escucha un "ruidito".
A veces come postre, en tacita de plástico y cucharita del mismo material. Saciado, suele pararse e irse, dejando en la mesa la bandejita con restos de comida y servilletas usadas.
Luego de unos minutos, se ajusta la corbata, se abrocha el saco oscuro y vuelve a la empresa. Atrás quedó su breve retorno por la infancia.
en "Ronda de Once + 1" (c) EAG 2002
Suscribirse a:
Entradas (Atom)