Mediodía

Las moscas oscurecen
La dulzura de la sangre
Que se marchita.

Elevado y malherido
Tiene por conciencia
Dolor y fin.

La sed y las lágrimas
Son ahora
La misma sed.

Unas mujeres ofrecen
Doparle el sufrimiento
Con vino y mirra.

Advertido, no lo acepta.

La muerte
Es una herida que no cicatriza

Morir
No tiene paliativos.


(c)2004/Evangelio de las migagas. EAG

Autor

Mi foto
Almagro, Buenos Aires, Argentina