Las moscas oscurecen
La dulzura de la sangre
Que se marchita.
Elevado y malherido
Tiene por conciencia
Dolor y fin.
La sed y las lágrimas
Son ahora
La misma sed.
Unas mujeres ofrecen
Doparle el sufrimiento
Con vino y mirra.
Advertido, no lo acepta.
La muerte
Es una herida que no cicatriza
Morir
No tiene paliativos.
(c)2004/Evangelio de las migagas. EAG
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