P I B I T O
Yo prefiero ser el pibito
que pasa con su bicicleta
por debajo del balcón
de la que le gusta.
Y cuando por casualidad
alguien se asoma
moviendo la cortina,
él pedalea
lo que no tiene de fuerzas,
ruborizado y pleno.
Dos cosas se nos dicen en Rayuela. Lo que SALTA – de eso se trata – a la vista es que un libro puede leerse SALTEADO. Comenzar por el medio, seguir por cualquier lado… En el otro extremo, lo otro que se nos recuerda, es que también un libro puede leerse de cursiva.
Malversa no es solo una recopilación de poesía: es un libro.
Entre sus cuatro partes, la primera, la que se define con su último texto: “Gemelo”, “pibito” es legítimo. No se si lo sería como poesía para ser publicada. (A veces, la desconozco. No parece un texto mío) En ese proyecto de
lectura (eso es un libro) incluí “pibito” porque inicia…
Enamorarse es ruborizar la emoción. Es prender un encendedor en la boca con un cigarrillo. Es preparar un regalito con varias semanas de anticipación. Es saber que te van a llamar, aunque todavía no hayan marcado. Es guardar un chocolate porque más rico es compartirlo. Es mirar la luna y verla reflejada en la propia hondura.
No importa los porrazos que hayas ligado. No importan las caídas, los tobillos torcidos, las raspaduras, las heridas... sin importar los cumplidos o incumplidos años, cada vez que nos comenzamos a enamorar, volvemos a esas veredas niñas montados en una bicicleta naranja.
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2 comentarios:
Me emocionó la luna y me empapó los ojos la memoria de prender un encendedor con un cigarro.
¿Es que a todos nos pasa?
Vos siempre encontrás palabras para decir lo que yo no puedo.
Bueno, el tabaco es algo que alguna vez nos ha unido... el último armado en vísperas de Navidad en un camino de acacias y tierra. Pero èramos otros.
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