V I T R A L


Antes de la emérita adolescencia que transito, en tiempos de la mocedad, escribí la primera versión de lo que publico como “Vitral”.
Recuerdo una tormenta en Jáuregui: cerca de Luján. Escritura que nacía poética, esa sensación... La conciencia de escribir.
Comparando, la precursora resulta viva, florecida, musical. Es una poesía. ¿Tuve una etapa barroca?
La que quedó, despojada, responde a mi búsqueda actual: quedar desnudo.

Vitral ©2006

Entregarme
dejarme moler.

Roca a la orilla
de tu temporal.

Expuesto
a la bravura
de tu permanencia.

Arena de tu oleaje.

Yo pulverizado, cristalino.

De nadas colores
del tuyo quiero.

Transparencia de amor.




Vitreaux (primera versión)

la soledad
atormenta el mar de mis sentidos
estrepitoso dolor en mis heridas
sentidas heridas, ahora resentidas

quebrarás mi alma
para secarla de lágrimas
y quedar vacío
como espada sin filos
ni contiendas

aunque tardes el sol
y la luna hecho tiempos
seguiré esperándote, mi amor
no tardes en serlo

entregarme al amor
y dejarme
moler las rocas
por la borrasca de tus consuelos
y hecho arenas, luego vidrio
de nadas colores, del tuyo quiero
ser transparencia de amor
y tu imagen sea conmigo.

Maru Botti

F U I S T E A R B O L

No eran perfectos los retratos: eran humanos. El trabajo comenzaba en Ituzaingó y luego de 42 minutos pasaban encarpetados por el molinete de Once.
Viajar en el Sarmiento es un master en full contac. Pasajeros transportados en centímetros cúbicos. Todos los cuerpos el cuerpo. En Ramos Mejia falleció alguien que subió en Morón, pero que pegado a todos, recién dejó de estar de pié en Plaza Miserere, bajo tierra, claro.
Maru se las ingeniaba para sacarle punta al papel, para agudizar la mirada, para afirmar el pulso sobre rieles. Donde podía, apoyaba su cuaderno, miraba al obrero dormido, a la oficinista que se pintaba, al estudiante memorizando o al cuarentón bulteando. Y comenzaba a dibujarlos. Un retrato por viaje.
Dice que me vio por primera vez en un vagón, con mi boina andina y los bucles hasta el hombro. Dice que irradiaba paz, y vale aclarar que no tengo paz sino pachorra. Que eso le llamaba la atención entre tantos de miles que madrugábamos hacia el centro.
Después descubrió que además de venir del Oeste, íbamos hacia el mismo lado. Treinta y dos escalones separaban mi sección de la suya. Al tiempo ya almorzábamos juntos, y así me fui enterando de sus dibujos, de su proyecto.
Al año viajó a Europa. Una postal desde Vigo, una carta desde Londres: “…que gracioso, estoy llegando a la conclusión de que … viste cuando la gente habla de su otra vida, y dice ‘yo debo haber sido esto o lo otro’… yo debo haber sido árbol”
El texto que comparto es la respuesta postal. Versos con estampillas.


Fuiste árbol

A Maru en Londres.

Por ver el árbol
no vieron el bosque
y se libraron del lobo.

Por ver el árbol
de exquisita singularidad.

Reminiscencia de sauce
por la cadencia que te provoca el viento,
quiero decir, la libertad.

De alguna magnolia centenaria
que esculpe en sus brazos
la anárquica disposición de los sentidos.

No creo que hayas sido pino
disfrazado de papanuel,
pero sí aquel manzano primero
que por fin nos desnudó.

Del mítico árbol que camina
y que no pertenece a ningún paisaje.

De alguno que florece en lo oculto,
y tiene raíz en lo alto.

Hojas de morado intenso como el Rú.
Hojas verdes,
y amarillas, por supuesto.
Tu piel, luego hojarasca.
¿Qué se siente?
El otoño ha pasado.
¿Qué hacías en invierno cuando eras tu ancestro?
¿Qué es primorear la prima-vera?
¿Eras sombra en verano?

A mi no me quedan dudas:
Fuiste árbol.
© 2006


E C L I P S E

Fue por un garcie.
No olvidé su nombre, nunca lo supe.
Ocasional nombre, garcie memorable.
Predestinado, si existiera el destino.

He aprendido más de la cama que de todas las admoniciones.

Quedé oscurecido en lo más evidente. empequeñecido en el ego, ser todo recepción. Dejé de ser quien gusta para ser sabor. No palpé, reducido a piel. Yo, solo labio. Yo, solo dedos. Yo, olfato.

Así nació “eclipse”.

Los años lo han modificado. La versión de Malversa © me agrada. La primera ya no es contemporánea mía, sí su enseñanza: el gozo de quedar eclipsado.


Eclipse
© 2006


A la proa del sol
se subió la luna


Declarado
el amor y la desventaja
anochecieron
las aguas de la altura.


Y todos supieron
que es negrura
el terruño florecido
del amor.



Primera versión

(eclipse peculiar)

cuando la luna
se declaró
en amor y desventaja,
el sol
se puso todo celeste
(se brotó de cielo)
y comprobamos
que no hay machismo
que dure cien años.

A las rupturas...
Primavera.

Autor

Mi foto
Almagro, Buenos Aires, Argentina