Primero los guardaba en sobres.
Cuando fueron muchos,
busqué una caja de zapatos
y los ordené por fechas.
Después fueron necesarios
esos Canastos
que se usan para mudanzas.
Al fin
contraté un flete
porque ya nada
entraba en casa.
Cuando te lleguen,
me pregunto...
¿qué harás con tantos besos?
(c) 2006
Bueno, terminé mudado. Ya hay otros inquilinos donde vivia. No me acompañó el fantasma que por la noche fumaba en el baño.
Este texto no tiene nada que ver con esa mudanza. Es de esos textos que se escriben de corrido. Sencillos y contundentes, que ya estan terminados antes de escribir la primera palabra.
En cuanto a los besos... me los tuve que guardar. No me pasaron la dirección donde enviarlos.
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4 comentarios:
Felicitaciones!! compro un número para el sorteo de la inauguración del deptito, tal vez hasta me acompañe una plantita de regalo.
El fantasma del baño, un ingrato, tanto tiempo haciéndole compañía y se quedó allí nomás :-) Pero recordá que los fantasmas son así, anarquistas y egoístas.
Respecto a los besos, ta gueno tener de repuesto, vos guardalos un día los entregarás de a poco.
Me alegro amigo que estés en un nuevo lugar para ponerle toda tu buena onda, que te refugie más que un desnudo, que te atesore más que un despojo.
Cuando quiera, amiga, cuando quiera.
a mi tus textos de amor me resultan los más reveladores. No sé, puede que sea que se ve algo que no siempre mostrás. Y te has mudado en serio, yo estoy desconectado del mundo, que alguien me baje ya.
Yo he vivido la mudanza en muchas ocasiones...
vine del campo a la ciudad, en la ciudad a mi modo de amar, de la ciudad a la fe, en la fe fui a la soledad y en la soledad partida encontré el amor...
pensé que era mi última mudanza, pero el amor también muda... y volví a casa, esperando un motivo para el próxio destino.
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