Y A N O E S P E R O
Una carta de amor.
Bueno… en realidad un mail.
Lo guardé. Pasó bastante tiempo y lo que me parecía privado, puntual, único, irrepetible… comenzó a mostrar su rasgo universal.
Amputé el texto, le cambié algunos tiempos verbales. Lo que no pude es nombrarlo... Está registrado con su primer verso.
Ya no espero
que por las hendiduras
del jugueteo
se filtre el beso.
Me desbordo
y en vos
no hallo límites.
Me propongo no tocarte,
y no puedo.
Es tan delicioso
el revés de tus dedos
que frotarlos suavemente
como en espejo
me producen saciedad:
el solaz
de un suave almíbar,
aterciopelado
y sutil
que se disuelve en el ánimo
para dejarlo
suspendido,
iluminado
y sabroso.
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3 comentarios:
Hay una publicidad que dice: LAS MEJORES SENSACIONES SON LAS QUE NO TIENEN NOMBRE.
Comienzo a creer que es cierto
Hasta un poquín de pudor me entra al leer "ya no espero".
Quizá porque no he leído todos tus versos, ya en realidad ni te conozco, me tomó de sorpresa tanta dulzura.
Bueno, a mí siempre me toma de sorpresa mi propia dulzura.
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