Los bastidores en corpiños
el sudor de los trapos manchados
olor del bosque en frasquitos
boquiabiertos pomos desinflados.
Miradas envueltas en pinceles,
bocetos de sepias palabras
un encierro por parir maravillas
el sabor del café o mate amargo
Alguna voz negra y hermana
o las cuerdas de un cubano
Amor dicho mil veces por Amadeus
las arrugas de los fuelles de los años
Cómo extraño aquel big bain
doméstico y primario
de estallidos en cadena
y latidos mundanos.
No había orden ni caos ni cosmos
allí todo a punto de ser creado.
Había caos orden y cosmos
todo junto
porque allí todo era desdoblado.
En el atelier de mi tía
de algunos días de mi infancia.
© 2006 EAG
Cuando le mostré el texto a Juan, se sorprendió por los detalles que él no me había contado y que sin embargo se describían. – es que la tía y la primera persona pertenecen a Juan -
Los días que despierto racionalista, pienso que se trata de la lógica de la escritura, que termina colocando los detalles que faltan como Mendeléiev en la tabla periódica.
Las noches que despierto romántico concluyo en el carácter clarividente de la poesía.
Resbalé en tus ojos...
La noche bandoneón
un carro adoquinado,
el farol, dos siluetas
tango.
...caía y me abismaba...
la flor marchita - mustia
una carta, un mensaje,
dos alianzas
media medalla con nombre
y la médula desangrando
traspasada
...agonicé.
Reviviré en tus lágrimas.
© 2006
Mi labor termina siendo la del que poda. Malversa debería haberse llamado “sin las partes” o “abreviadas”. Es que creo que la palabra dice más cuando puede decirlo en menos.
Entre las cosas que podé a “resbalé…” se encuentra el título.
Arriba de la heladera de la casa de mi infancia se encontraba una radio verde y negra de la marca “Carina” que siempre transmitía a “el mundo Rivero” y otros cantores del dos por cuatro. Posiblemente mi deseo de escribir un tango me llevó a nombrarlo así. Seguramente por seguir escuchándolos es que entendí que el título era desmesurado.
Primera versión.
Tango.
Tu mirada,
refugio perfecto en éste naufragio.
J. C.
Resbalé a tus ojos...
La noche, un bandoneón al mango
un carro, su caballo adoquinado,
el farol, dos siluetas - tango.
...caía y me abismaba...
con gomera en mano perseguís tu gorrión – nostalgia
la sangre congelándose donde importuna
Lágrimas hirviendo: neuralgia
madrugadas sin sueños
domingos depresivos
“truco” con amigos
y siempre nada.
...rodaba...
la flor marchita - mustia
una carta – un mensaje - dos alianzas
media medalla con su nombre
y la médula desangrando
traspasada
...agonicé.
sombra - caos
plenilunio marea alta
isla ríos
muros gritos peleas garras
cielo granito
gris celeste azul naranja
Revivo en una de tus lágrimas
(vamos a cazar sapos)
La noche bandoneón
un carro adoquinado,
el farol, dos siluetas
tango.
...caía y me abismaba...
la flor marchita - mustia
una carta, un mensaje,
dos alianzas
media medalla con nombre
y la médula desangrando
traspasada
...agonicé.
Reviviré en tus lágrimas.
© 2006
Mi labor termina siendo la del que poda. Malversa debería haberse llamado “sin las partes” o “abreviadas”. Es que creo que la palabra dice más cuando puede decirlo en menos.
Entre las cosas que podé a “resbalé…” se encuentra el título.
Arriba de la heladera de la casa de mi infancia se encontraba una radio verde y negra de la marca “Carina” que siempre transmitía a “el mundo Rivero” y otros cantores del dos por cuatro. Posiblemente mi deseo de escribir un tango me llevó a nombrarlo así. Seguramente por seguir escuchándolos es que entendí que el título era desmesurado.
Primera versión.
Tango.
Tu mirada,
refugio perfecto en éste naufragio.
J. C.
Resbalé a tus ojos...
La noche, un bandoneón al mango
un carro, su caballo adoquinado,
el farol, dos siluetas - tango.
...caía y me abismaba...
con gomera en mano perseguís tu gorrión – nostalgia
la sangre congelándose donde importuna
Lágrimas hirviendo: neuralgia
madrugadas sin sueños
domingos depresivos
“truco” con amigos
y siempre nada.
...rodaba...
la flor marchita - mustia
una carta – un mensaje - dos alianzas
media medalla con su nombre
y la médula desangrando
traspasada
...agonicé.
sombra - caos
plenilunio marea alta
isla ríos
muros gritos peleas garras
cielo granito
gris celeste azul naranja
Revivo en una de tus lágrimas
(vamos a cazar sapos)
Encontrar
no las que mancillen
tus manos.
Tropezar
no las lascivas
tu mirada.
Hallar
no los voraces
tus labios.
Te busco.
© 2006 Malversa
“Pienso en tu sexo. Simplificando el corazón, pienso en tu sexo” Escribe en Trilce Cesar Vallejo. Así operé yo con el poema inicial: simplificar el corazón. De ahí la evidente poda, el despojo, la des-saturación (o porqué no decir “des-sutura-ción) en la versión publicada.
Hay un verso cursi en la primera versión que me encanta: “tus labios poblándome a besos”. Lo sacrifiqué. Preferí la austeridad de solicitada, de anuncio clasificado. Es que estoy buscando.
Poder.
Quien pudiera
En estos tiempos
Cambiar la historia
Hacerla amable, deseable.
Quien pudiera
En otros tiempos
Encontrar los afectos
Perdidos (con sello inviolable)
Yo busco hace tiempo
Hacer del tiempo
Compañía
Y transcurrirnos con dulzura
Busco, es historia
Tener la historia por amante
Y dibujar escondidos
Encuentros vacilantes.
Encontrar
No las que destruyen
Tus manos reconstruyéndome
Encontrar
No las que recriminen
Tu mirar dignificándote
Hallar
No los desiertos
Tus labios poblándome a besos.
Y todavía te sigo buscando.
no las que mancillen
tus manos.
Tropezar
no las lascivas
tu mirada.
Hallar
no los voraces
tus labios.
Te busco.
© 2006 Malversa
“Pienso en tu sexo. Simplificando el corazón, pienso en tu sexo” Escribe en Trilce Cesar Vallejo. Así operé yo con el poema inicial: simplificar el corazón. De ahí la evidente poda, el despojo, la des-saturación (o porqué no decir “des-sutura-ción) en la versión publicada.
Hay un verso cursi en la primera versión que me encanta: “tus labios poblándome a besos”. Lo sacrifiqué. Preferí la austeridad de solicitada, de anuncio clasificado. Es que estoy buscando.
Poder.
Quien pudiera
En estos tiempos
Cambiar la historia
Hacerla amable, deseable.
Quien pudiera
En otros tiempos
Encontrar los afectos
Perdidos (con sello inviolable)
Yo busco hace tiempo
Hacer del tiempo
Compañía
Y transcurrirnos con dulzura
Busco, es historia
Tener la historia por amante
Y dibujar escondidos
Encuentros vacilantes.
Encontrar
No las que destruyen
Tus manos reconstruyéndome
Encontrar
No las que recriminen
Tu mirar dignificándote
Hallar
No los desiertos
Tus labios poblándome a besos.
Y todavía te sigo buscando.
Sueños y muros
(Él)
Corazón en frasco
a media boca
babeando
con guiño rígido
golpeado
ni rostro el resto
Con contracciones
sin romper bolsa
Él
sueña mujer
Ella
mujer sueño.
( y su palabra)
Es celda en mí la noche
me evoca, me provoca
Y no se entrega.
El otro interno
me relata
la labranza de estrellas
el latido de la luna
el sur en su cruz.
El interno es mi sueño.
Por él recuerdo
la mujer que extraño
que entraño
y no conozco
A trompadas pena mi sueño
el sueño que no le doy.
A insultos me enmudece,
me arrincona
a la angustia de mi muro
a la angustia de mi mundo
-mundo muro-
Mi sueño me nombra.
No lo dejo extinguir,
porque sin él
ella no existiría,
y quién sabe yo.
(encuentro)
Constante fue él hacia ella.
Ella continua en él.
El sol sembrado en la tierra
En las curvas
En el pubis.
La luna lo besó de las manos
Lo tomó de los labios.
Ella lo acurrucó
sobre sus pechos.
Las miradas se hicieron confesiones.
"te extrañé mucho"
"te entrañé tanto".
El la recostó
sobre su pecho.
Y se amaron.
Los muros
lloraron
sus muros.
El don
se hizo perdón.
Se reconstruyeron mutuamente
se reconocieron,
se remendaron
se reconciliaron.
Él
ahora poeta,
Ella
poesía.
Ella
Todas y todos.
Todos y todas.
Ella engendrando.
Corazón en frasco
a media boca
babeando
con guiño rígido
golpeado
ni rostro el resto
Con contracciones
sin romper bolsa
Él
sueña mujer
Ella
mujer sueño.
( y su palabra)
Es celda en mí la noche
me evoca, me provoca
Y no se entrega.
El otro interno
me relata
la labranza de estrellas
el latido de la luna
el sur en su cruz.
El interno es mi sueño.
Por él recuerdo
la mujer que extraño
que entraño
y no conozco
A trompadas pena mi sueño
el sueño que no le doy.
A insultos me enmudece,
me arrincona
a la angustia de mi muro
a la angustia de mi mundo
-mundo muro-
Mi sueño me nombra.
No lo dejo extinguir,
porque sin él
ella no existiría,
y quién sabe yo.
(encuentro)
Constante fue él hacia ella.
Ella continua en él.
El sol sembrado en la tierra
En las curvas
En el pubis.
La luna lo besó de las manos
Lo tomó de los labios.
Ella lo acurrucó
sobre sus pechos.
Las miradas se hicieron confesiones.
"te extrañé mucho"
"te entrañé tanto".
El la recostó
sobre su pecho.
Y se amaron.
Los muros
lloraron
sus muros.
El don
se hizo perdón.
Se reconstruyeron mutuamente
se reconocieron,
se remendaron
se reconciliaron.
Él
ahora poeta,
Ella
poesía.
Ella
Todas y todos.
Todos y todas.
Ella engendrando.
Oficio.
Eligiendo palabras
marco mandala en el barro
-tierra, sangre, alfabeto, llanto-
Evocando palabras
recreo la leyenda
de aquel beso despojado
que se convirtió en juglar.
Soñando en palabras
despierto ante un envuelto
en cartón, madrugada
y papeles de diarios..
Pero...
aunque me repita eligiendo
me desboque evocando
me desvele soñando
no son
Verdad
las palabras
Son apenas.
Pinté un retrato oscuro que luego tapé con otro colorido. Dos retratos en un mismo espacio. En aquel tiempo debajo de la torre más alta del Noroeste Argentino tenía yo mi celda. Allá también escribí “Verdad”. Se lo dediqué a seis compañeros que compartieron conmigo aquellos años. Seis que nombro en tres. No porque sean dos caras de una misma persona, sino las dos personas de un mismo semblante.
La versión “Malversa” dejó la pretensión de creerse capaz de la Verdad. No se si soy digno de ella. No se si ella es singular, si solo es una. No pretendo ver su rostro, sus rostros, sino mostrar el mío. Mi “oficio” es sincerarme.
Primera versión.
Verdad.
( a mis hermanos Rubén Miguel, Carlos Andrés y Marcos Manuel)
eligiendo palabras
recreo lo más naranja de un otoño opaco
mientras me bronceo tendido al verano
evocando palabras
soy naciente del río caudaloso
que nos transporta, compañero
hasta la revolución, la libertad.
Soñando en palabras
Tropiezo insomnemente con los chicos de la calle
De la nadie
Puta que no aprendió a amar.
Pero aunque me repita eligiendo
Me desboque evocando
Me desvele soñando
Miles de palabras no sustituyen la verdad.
Ella,
Incorruptible y valiente
Estrecha
No te admite dilatados.
Entras, o no existís hermano.
San Diego de Alcalá, 6 de febrero de 1993.
Eligiendo palabras
marco mandala en el barro
-tierra, sangre, alfabeto, llanto-
Evocando palabras
recreo la leyenda
de aquel beso despojado
que se convirtió en juglar.
Soñando en palabras
despierto ante un envuelto
en cartón, madrugada
y papeles de diarios..
Pero...
aunque me repita eligiendo
me desboque evocando
me desvele soñando
no son
Verdad
las palabras
Son apenas.
Pinté un retrato oscuro que luego tapé con otro colorido. Dos retratos en un mismo espacio. En aquel tiempo debajo de la torre más alta del Noroeste Argentino tenía yo mi celda. Allá también escribí “Verdad”. Se lo dediqué a seis compañeros que compartieron conmigo aquellos años. Seis que nombro en tres. No porque sean dos caras de una misma persona, sino las dos personas de un mismo semblante.
La versión “Malversa” dejó la pretensión de creerse capaz de la Verdad. No se si soy digno de ella. No se si ella es singular, si solo es una. No pretendo ver su rostro, sus rostros, sino mostrar el mío. Mi “oficio” es sincerarme.
Primera versión.
Verdad.
( a mis hermanos Rubén Miguel, Carlos Andrés y Marcos Manuel)
eligiendo palabras
recreo lo más naranja de un otoño opaco
mientras me bronceo tendido al verano
evocando palabras
soy naciente del río caudaloso
que nos transporta, compañero
hasta la revolución, la libertad.
Soñando en palabras
Tropiezo insomnemente con los chicos de la calle
De la nadie
Puta que no aprendió a amar.
Pero aunque me repita eligiendo
Me desboque evocando
Me desvele soñando
Miles de palabras no sustituyen la verdad.
Ella,
Incorruptible y valiente
Estrecha
No te admite dilatados.
Entras, o no existís hermano.
San Diego de Alcalá, 6 de febrero de 1993.
Tu amor por él se parece
a cuatro repliegues del corazón
donde conviven
espontáneos tréboles
(no importa de cuantas hojas)
y cultivadas
minúsculas
margaritas.
Donde pasean
caracoles y cascarudos
y sobre ellos el tiempo
cada vez más cercano
a la jornada del gran despliegue.
Tu amor por el no es eterno
sino maravillosamente
terreno y frágil.
Tu amor por él,
no queda dudas,
es amor... ¡qué mas!
No soy buen amigo, es un hecho. Sin embargo, la vida me brindó y me brinda los mejores. Esos que otros quisieran tener.
Con Gabriela compartíamos largas jornadas en los subsuelos de Maipú y Diagonal. Nos divertíamos tanto que, su novio quien no me conocía, comenzó a mandarme mensajitos nerviosos... Está claro, no me conocía.
Quizás para descomprimir, escribí “tu amor por él”.
Lo incluí en “Malversa” porque el capítulo “Bellezas” es un homenaje a grandes amigos que tuve.
Que la primavera les regale su don.
I N F O R M A C I Ó N G E N E R A L
INFORMACION GENERAL
Hierven tintas
en el periódico papel
y yo
buscando quién sabe qué
noticias cuántas
sorbo entre líneas
-combo mañanero
a uno con noventa y nueve-
atragantándome
para no lanzar
titulares en negritas.
ESPECULADO
El verbo
rompe-fisura
las distancias:
En todos-dentro
prolonga-lejos
-el espejo-
hasta el NOS que somos
en OTROS mismos
DESPREJUICIÁNDOME
Vade-retro temor
que tartamudeás
un claro "te quiero".
Vade-retro temblor
que arrinconás
la inter-rogación:
abrazo-coscorrón
reto-beso.
CAMPANAS A LAS DOCE
Salve "te necesito".
Salve "solo no puedo".
Salve franqueza cordial
(Manos entrelazadas
collage de dedos)
UNA BUENA NUEVA
"Bienaventurados los que
reconocen sus heridas...
saben por dónde sangran"
M U D A N Z A
Primero los guardaba en sobres.
Cuando fueron muchos,
busqué una caja de zapatos
y los ordené por fechas.
Después fueron necesarios
esos Canastos
que se usan para mudanzas.
Al fin
contraté un flete
porque ya nada
entraba en casa.
Cuando te lleguen,
me pregunto...
¿qué harás con tantos besos?
(c) 2006
Bueno, terminé mudado. Ya hay otros inquilinos donde vivia. No me acompañó el fantasma que por la noche fumaba en el baño.
Este texto no tiene nada que ver con esa mudanza. Es de esos textos que se escriben de corrido. Sencillos y contundentes, que ya estan terminados antes de escribir la primera palabra.
En cuanto a los besos... me los tuve que guardar. No me pasaron la dirección donde enviarlos.
Cuando fueron muchos,
busqué una caja de zapatos
y los ordené por fechas.
Después fueron necesarios
esos Canastos
que se usan para mudanzas.
Al fin
contraté un flete
porque ya nada
entraba en casa.
Cuando te lleguen,
me pregunto...
¿qué harás con tantos besos?
(c) 2006
Bueno, terminé mudado. Ya hay otros inquilinos donde vivia. No me acompañó el fantasma que por la noche fumaba en el baño.
Este texto no tiene nada que ver con esa mudanza. Es de esos textos que se escriben de corrido. Sencillos y contundentes, que ya estan terminados antes de escribir la primera palabra.
En cuanto a los besos... me los tuve que guardar. No me pasaron la dirección donde enviarlos.
¿ Q U I E N ?
Quien se enterará primero
y a quien dará la noticia.
Quien llegará temprano
y quien no llegará a la cita.
Quien sorprenderá con su llanto
y quien sonreirá sin prisa.
En quien se fijará
el coro de miradas impías.
Quien estará arrepentido
de jamás prodigarme un beso.
Que chistes se contarán
evitando los bostezos.
Qué rumores recrearán
sobre la noche fría.
Quien se atreverá a la caricia
sobre mis manos frías.
Quien tirará la primera piedra
sobre el surco de lo eterno.
Lamentaré no estar presente
el día de mi entierro.
y a quien dará la noticia.
Quien llegará temprano
y quien no llegará a la cita.
Quien sorprenderá con su llanto
y quien sonreirá sin prisa.
En quien se fijará
el coro de miradas impías.
Quien estará arrepentido
de jamás prodigarme un beso.
Que chistes se contarán
evitando los bostezos.
Qué rumores recrearán
sobre la noche fría.
Quien se atreverá a la caricia
sobre mis manos frías.
Quien tirará la primera piedra
sobre el surco de lo eterno.
Lamentaré no estar presente
el día de mi entierro.
Y I R A L U N A S
Cuando la luz
es nocturno renacuajo
en la humedad
del cielo descascarado.
Cuando la luz
tiene apariencias famélicas
tragedias sugeridas
sacapuntas revoltosos
Cuando la luz no está subtitulada...
Me transformo
en linyera de luz
y las yiro en palabras.
© 2006
Hay solo dos cambios desde la primera y la publicada. La “molesta polilla lunar” voló. Demasiado carcomido está el vestido nupcial de nuestra novia eterna…
Y como una marioneta, la escritura necesita la mano ajena para tener vida. Por eso, cambió “subversivo” por “revoltoso”. Esperando que el cambio anime a muchos más a vestir la función de animar el texto.
Primera versión
Cuando la luz
Es nocturno renacuajo
En la humedad
Del cielo descascarado
Y molesta polilla lunar...
Cuando la luz
Tiene apariencias famélicas
Tragedias sugeridas
Sacapuntas subversivos...
Cuando la luz no está subtitulada
Me transformo en linyera de luz
Y la yiro en palabras.
a besos
Hay cosas que se saben
por lo que se ha escuchado.
Otras que se dicen
según lo recordado.
Hasta se puede nombrar
lo visto y creído.
Pero hay una forma exquisita
y certera
de explorar,
conocer
y saber
que es
palpar a besos.
© 2006
por lo que se ha escuchado.
Otras que se dicen
según lo recordado.
Hasta se puede nombrar
lo visto y creído.
Pero hay una forma exquisita
y certera
de explorar,
conocer
y saber
que es
palpar a besos.
© 2006
O R V A L L O P U R P U R A
Hurgan Las manos
los minutos internos
y socavan el tiempo
con precisión en blanco.
Imagen y espejo
Orvallo púrpura
Ajedrez sin peones
Redondo tablero
Damas en juego
Reinas del mismo color
© 2006. Edgardo Ariel González.
Dos mujeres. La primera versión se titulaba con el nombre de ambas. Cuando publiqué, opté por la discreción.
También hay otra opción: quitarle el aire filosófico y narrar ese momento.
(…)
Mentira tan cierta
que son la misma cosa
como imagen y espejo.
Hurgan Las manos
los minutos internos
y socavan el tiempo
con precisión en blanco.
-Llovizna la noche-
Ajedrez sin peones
redondo tablero
damas en juego
Reinas del mismo color
Mentira tan cierta
que son la misma cosa:
la vida y el tiempo,
ser y contingencia.
I n i c i a c i ó n
Baja el agua a tierra
mi alma-cuerpo
Me presento poco a paso
poco pequeño
La fiesta esta servida
me siento
Y parpadeo una sonrisa
© 2006
La sonrisa constreñida de la pequeña, del pequeño… que tiene que sentarse con su vergüenza recién abierta, en una fiesta que comenzó olvidándose de ella, de él…
Apenas le baja el agua a tierra.
No era de muchas palabras, pero contó todo. Que fue su tío. Que cuando su padre y su madre se enteraron, le juraron que el tío no molestaría más… promesa a cambio de silencio, de evitar un escándalo.
Muchos allegados, ¡más de diez!, me han contado situaciones similares. El abuso inicial de algún familiar, el abuso permanente de algunos parientes con el silencio bien puesto.
Silenciar un grito desgarrado.
Puede que me haya tocado a mí escuchar a tantos, o puede que sean muchos tantos los silenciados. Lo segundo explicaría bastante nuestra sociedad: tierra filicida, donde muchos son gritos silenciados en familias pobladas de cómplices de la pestilente resaca mierda.
La sonrisa parpadeante de la pequeña, del pequeño… que tiene que sentarse con su vergüenza recién abierta, en una fiesta que comenzó olvidándose de ella, de él…
Apenas si le baja el agua.
mi alma-cuerpo
Me presento poco a paso
poco pequeño
La fiesta esta servida
me siento
Y parpadeo una sonrisa
© 2006
La sonrisa constreñida de la pequeña, del pequeño… que tiene que sentarse con su vergüenza recién abierta, en una fiesta que comenzó olvidándose de ella, de él…
Apenas le baja el agua a tierra.
No era de muchas palabras, pero contó todo. Que fue su tío. Que cuando su padre y su madre se enteraron, le juraron que el tío no molestaría más… promesa a cambio de silencio, de evitar un escándalo.
Muchos allegados, ¡más de diez!, me han contado situaciones similares. El abuso inicial de algún familiar, el abuso permanente de algunos parientes con el silencio bien puesto.
Silenciar un grito desgarrado.
Puede que me haya tocado a mí escuchar a tantos, o puede que sean muchos tantos los silenciados. Lo segundo explicaría bastante nuestra sociedad: tierra filicida, donde muchos son gritos silenciados en familias pobladas de cómplices de la pestilente resaca mierda.
La sonrisa parpadeante de la pequeña, del pequeño… que tiene que sentarse con su vergüenza recién abierta, en una fiesta que comenzó olvidándose de ella, de él…
Apenas si le baja el agua.
T E M P O R A L
Si existen
tesoros que despojan,
desnudos que refugian
en medio
del temporal:
la vida,
un minuto...
Tu ternura,
hasta que duela.
©2006
Primera versión
(Casi una alianza)
A un próximo amigo.
Otoño.
No menos de treinta años tenía la mesa donde tomamos café.
No menos de treinta años, volcaste de un solo trago, sobre el mantel.
Y si existen tesoros que despojan, desnudos donde refugiarnos en éste temporal:
la vida, un minuto...
Tu ternura, hasta que duela.
Lo violentaba que lo miraran tanto, se “perseguía” por eso. Pero era inevitable… si parecía salido de una publicidad de perfume, de jeans, de slip.
Éramos compañeros de subsuelo. Entre ficheros reumáticos y documentos que estornudaban, me mostró sus muñecas frustradas, me reveló el suicidio cicatrizado.
Lo escuchaba, lo miraba, lo comprendía, lo esperaba, lo tantas cosas…
Aprendí a tomarle el pulso a sus heridas – ya me enamoraban las suturas -
Cinco años nos separaban. Él, dieciocho. Yo, veintitrés.
Un día dejó el subsuelo.
Otro día llamó y dejó dicho que me quería.
No hubo más un día.
Llegaron los treinta, los pasé con creces. Deseo que él también.
Entre mis defectos terminales está la espera. No siempre hay que esperar, no siempre hay que dar tiempo. La paciencia no todo lo alcanza.
Se quedó sin café la versión “Malversa”. El café Proscribió
P I B I T O
Yo prefiero ser el pibito
que pasa con su bicicleta
por debajo del balcón
de la que le gusta.
Y cuando por casualidad
alguien se asoma
moviendo la cortina,
él pedalea
lo que no tiene de fuerzas,
ruborizado y pleno.
Dos cosas se nos dicen en Rayuela. Lo que SALTA – de eso se trata – a la vista es que un libro puede leerse SALTEADO. Comenzar por el medio, seguir por cualquier lado… En el otro extremo, lo otro que se nos recuerda, es que también un libro puede leerse de cursiva.
Malversa no es solo una recopilación de poesía: es un libro.
Entre sus cuatro partes, la primera, la que se define con su último texto: “Gemelo”, “pibito” es legítimo. No se si lo sería como poesía para ser publicada. (A veces, la desconozco. No parece un texto mío) En ese proyecto de
lectura (eso es un libro) incluí “pibito” porque inicia…
Enamorarse es ruborizar la emoción. Es prender un encendedor en la boca con un cigarrillo. Es preparar un regalito con varias semanas de anticipación. Es saber que te van a llamar, aunque todavía no hayan marcado. Es guardar un chocolate porque más rico es compartirlo. Es mirar la luna y verla reflejada en la propia hondura.
No importa los porrazos que hayas ligado. No importan las caídas, los tobillos torcidos, las raspaduras, las heridas... sin importar los cumplidos o incumplidos años, cada vez que nos comenzamos a enamorar, volvemos a esas veredas niñas montados en una bicicleta naranja.
L L U V I A
Llueve la lluvia
sueña
la tarde está perdida
si despiertas
Llueve tu alma
alba
la desnudez que dejan
historias viejas
Llueve mi herida
vieja
como arrorró-niño
en cuna quieta.
Es cierto que los verdes con finados en el centro son los que mandan en el Bar de la esquina Homero Manzi, y que una lagrima como gota derramada, fatalmente derramada, puede costar medio aguinaldo.
Antes de la dolarización del Tango y todo el cielo, por la San Juan existía un patio de comidas que ya nunca me verás como me vieras. Atrocidad para un barrio donde un zanjón es más apropiado que un fast food.
Ese mediodía me refugié en el vidriado aquel primer piso. Mesitas iguales que a nada juegan sobre un tablero de ajedrez. Platitos de “tergopol” y cubiertitos de plástico envueltos en servilletitas de papel tisú. Distintas formas para sabores parecidos.
El chaparrón caía, y su rebote blanqueaba el pavimento. Me refugié porque llovía y todo el cielo. Allí nació esta letra y más allá la inundación.
Pero no escribí pensando en el ahora centenario Homero nuestro. Al releer “lluvia” pienso en otro, el poeta alba, la poesía prodigiosa y esas melodías de la infancia que afloran en su madurez.
Él cantaba a verdes sin próceres, sin muertos. Él cantaba al verde aguacero, al verde sol, al verde invierno.
¿Qué, sino persistente pasado, es la nostalgia?
¿Qué, sino lluvia, es la melancolía?
¡Federico, refugiáme!
que me graniza.
TOTALES GRACIAS
D U L Z U R A
Del panal
de la tristeza
he logrado
mi dulzura
Seductor
no de hombres
no de hembras
Seductor
no del corazón,
de su herida.
Seductor del oculto
en quien amar
es partir
es dejar
es quedar partido.
Exquisitez
de lo amargo
Narración
de sutilezas
leídas
en la hojarasca.
Dulce,
al fin
como el caer mustio
como el yacer seco
en la senda de otoño.
R E I N I C I O
Con los pies encimados
de las cruzadas piernas.
Como atravesados los dos
por un solo clavo.
En posición fetal.
Con los dedos cruzados
de los brazos en cruz.
Así, cada mañana
me reinicio en el desamparo.
© 2006
Algunos tienen el alma vertebrada. Yo necesito caparazón. A veces me siento sumergido -piedra al agua- sin llegarme humedad a los tuétanos.
Agradezco el desamparo que me tocó en suerte. Agradezco mi vida.
En ella me han encontrado cireneos que me hacen posible. Generosidad al por mayor. Los que hicieron tanto por mí. Los que traspasaron mi caparazón para concederme un gajo de su propio corazón.
Paula Peyre, la amistad más importante que tengo. Fabio Tamisari, que me sostuvo durante tantos años, que me sacó –no de la noche, de la ceguera. Martha y Jorge Brugnoli: tan oportunos. Graciela Spinoza: que arriesgó su empleo por calmarle a mi madre el dolor. Rolando Brites, que desde la infancia me alentó en la vida. Ramiro el Grande, que me rescató de las garras de la muerte. Ellos son los justos.
Los nombro y son mantra. Conjuro contra lo que no quiero ser. Maitines de gratitud.
B E L L E Z A S
En pocas piel,
casi desnudo
se dejaba susurrar
por la frescura
de la profunda quietud
donde en lo oscuro
habitan
zambullidas
las estrellas.
Desde el primer piso,
hacia Lugano
se extendía la trama,
suspendiendo
todo lo pasado
y lo futuro
de la Cañada calle,
casi extramuros.
Espejo era el Sur,
como de aguas
llano y potable
como el silencio
y tanto la noche
se reflejaba
que en luna estaba
el pavimento
Tras las huellas
de una pisada
anónima y vecina,
como la noche
una moneda
rompió el silencio,
y fue la única voz
del universo. © 2006
Juan el Creado lo sabe: aunque no es afilado mi oído es curioso. Cuando me comunico por teléfono, estoy atento a cualquier otro ruido que se transmita ENTel. También en la calle soy así, y ando recordando los fragmentos de conversaciones que se cruzan, los trozos de diálogos sentados en los bancos, los tramos de charlas que esperan el colectivo.
Una noche de luna veraniega llamé a Emiliano, o él me llamó. Éramos así: necesitábamos contarnos al día. Cuando al tiempo nos encontramos le entregué “lugando bellezas”. No hizo falta explicar: “yo sabía que esa moneda iba a terminar en tus textos”. Escribir algo para Emo fue la verdadera belleza.
Lugando bellezas
A Emo Menor
Porque hay bellezas en los barrios.
En pocas piel, casi desnudo
Se dejaba susurrar por la frescura
De la profunda quietud donde en lo oscuro
Habitan zambullidas las estrellas.
Desde el primer piso, hacia Lugano
Se extendía la trama, suspendiendo
De todo lo pasado y lo futuro
De la Cañada calle, casi extramuros.
Espejo era el Sur, como de aguas
Llano y potable como el silencio
Y tanto la noche se reflejaba
Que en luna estaba el pavimento
Tras las huellas de una pisada
Anónima y vecina, como la noche
Una moneda rompió el silencio,
Con circulos ondulares y crecientes
Y fue la única voz del universo.
S O Y J O D I D O
S U R C O
Una lagartija estampó lo oscuro
así tu vértebra.
Sendero y jardín de estrellas
que nace donde gusto a fértil.
La sal olvidó el atardecer
en un hueco de la arena
La espuma se retira
dejando lunas molidas
maravillas en un ombligo
que vuelvo a lamer.
© 2006
Metáfora conocidísima, la cebolla. Llegar al corazón del corazón pelando y llorando.
“Surco” es el corazón de otro poema.
A veces también sentimos cebolla, sentimos con la necesidad de pelar y llorar. Pero no siempre se llega al corazón del corazón: llegar allí, donde lo que cubre es piel, donde se está en carne viva.
Cuando leo comparándolos, me asombro de lo que no sabía que dije cuando otra cosa escribí. Describiendo a “otro”, narré una de esas dos o tres cosas que nos conforma: el deseo, esa piel, esa carne viva.
Ad.
(para un amigo)
Tus pestañas lindas, las más lindas
arqueada como labios, como los tuyos
besos de cereza desgajada
en la mitad de tu rostro.
Orejas que se afilan hacia arriba
denso pelo negro, siete canas
siete minúsculos reflejos
de esa luna donde te mirás tanto
donde quizás te estés buscando.
Exacta proporción de astucia y mansedumbre.
Algo de malevo, apenas algo
que te quedó del vagar por los barrios.
Dos talles menos de manos,
los brazos largos y proporcional
al cuerpo crecido y aplomado
por su color, por ser maleable
al calor de otros cuerpos
Vientre y pies planos,
una mancha blanca y secreta
y una cicatriz desde los dos años.
La espalda dividida por las huellas
de una lagartija que surcó la noche
y se te ha hecho vértebra.
Sendero en un jardín nocturno
camino juguetón de piedras
que nace donde sabe a tierra fértil.
Del otro lado del pecho,
justo en el centro
un hueco hecho por mano niña
en el atardecer de una playa
donde la espuma se retira
dejando la fría sal
molida de las estrellas
maravilla amarga en tu piel
entre tanta noche.
Malevo tierno, una promesa
pondré las veces que quieras
entre tus almohadas, mi abrazo.
Malevo tierno, una palabra
nada se pierde en la vida
si en ella estamos sembrando.
Malevo tierno, una pregunta:
dónde te pega el amor
que te duele tanto.
así tu vértebra.
Sendero y jardín de estrellas
que nace donde gusto a fértil.
La sal olvidó el atardecer
en un hueco de la arena
La espuma se retira
dejando lunas molidas
maravillas en un ombligo
que vuelvo a lamer.
© 2006
Metáfora conocidísima, la cebolla. Llegar al corazón del corazón pelando y llorando.
“Surco” es el corazón de otro poema.
A veces también sentimos cebolla, sentimos con la necesidad de pelar y llorar. Pero no siempre se llega al corazón del corazón: llegar allí, donde lo que cubre es piel, donde se está en carne viva.
Cuando leo comparándolos, me asombro de lo que no sabía que dije cuando otra cosa escribí. Describiendo a “otro”, narré una de esas dos o tres cosas que nos conforma: el deseo, esa piel, esa carne viva.
Ad.
(para un amigo)
Tus pestañas lindas, las más lindas
arqueada como labios, como los tuyos
besos de cereza desgajada
en la mitad de tu rostro.
Orejas que se afilan hacia arriba
denso pelo negro, siete canas
siete minúsculos reflejos
de esa luna donde te mirás tanto
donde quizás te estés buscando.
Exacta proporción de astucia y mansedumbre.
Algo de malevo, apenas algo
que te quedó del vagar por los barrios.
Dos talles menos de manos,
los brazos largos y proporcional
al cuerpo crecido y aplomado
por su color, por ser maleable
al calor de otros cuerpos
Vientre y pies planos,
una mancha blanca y secreta
y una cicatriz desde los dos años.
La espalda dividida por las huellas
de una lagartija que surcó la noche
y se te ha hecho vértebra.
Sendero en un jardín nocturno
camino juguetón de piedras
que nace donde sabe a tierra fértil.
Del otro lado del pecho,
justo en el centro
un hueco hecho por mano niña
en el atardecer de una playa
donde la espuma se retira
dejando la fría sal
molida de las estrellas
maravilla amarga en tu piel
entre tanta noche.
Malevo tierno, una promesa
pondré las veces que quieras
entre tus almohadas, mi abrazo.
Malevo tierno, una palabra
nada se pierde en la vida
si en ella estamos sembrando.
Malevo tierno, una pregunta:
dónde te pega el amor
que te duele tanto.
A R R O P A R T E
Arroparte
al vapor de un té
de manzanilla.
Cobijarte
en una ronda silvestre
de pequeños
de tu misma edad.
Abrigarte con un manto
de hojas
del bosque
de eucaliptos
y cáscaras secas
de naranjas amarillas.
Abrazarte
con ese verbo
de la Atracción
que llaman melodía.
Arroparte...
...y dulces sueños.
© 2006
La primera versión no es muy distinta en sus formas, lo es en su intención. Dedicada primeramente a una ternura que descubrí o inventé. Ahora distingo lo bueno de lo niño y lo no tan bueno de lo aniñado.
( aMarce.)
Arroparte
con el claro vapor
de un té de manzanilla.
Acobijarte
en una ronda silvestre
de pequeños
de tu misma edad.
Abrigarte con un manto
de hojas
del bosque
de eucaliptus
y cáscaras secas
de naranjas amarillas.
Arroparte con un abrazo
mientras te escucho
no sólo de palabra.
Acobijarte a dos manos
ante la indiferencia
de quienes te necesitan.
Abrigarte
con ese verbo
que da cuentas
de la Atracción
y llaman melodía.
Arroparte...
...Y dulces sueños.
P E R R O S
Perros
En casa, yo de pequeño.
Afuera, los perros.
Han querido los malos maestros
enseñarme a vencer
mi miedo a los perros.
Me han dicho
que cuando temo a los perros
mal huelo.
Y que los perros
que huelen mi temor
se aprovechan
y buscan mi temblor.
Ya no le temo a los perros
por culpa de los malos maestros.
Temo ahora el hedor
de mi temor a los perros.
En mí, una jauría.
El miedo lo tengo adentro.
Un año antes de que fuera derribado cada uno de los unos, las efemérides de septiembre señalaban el aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino y el Golpe de Estado allende los Andes.
Decidí ensamblar ambos en versos. Maestros perros.
La autobiografía dirá que cuando los perros nos gobernaban, con perros entraron en casa y por suerte no se llevaron a nadie. Eso fue así.
Pero mi fobia tiene otro origen, un árbol caído en el barro, unas sombras, un nombre que ya no muestra los dientes.
Y A N O E S P E R O
Una carta de amor.
Bueno… en realidad un mail.
Lo guardé. Pasó bastante tiempo y lo que me parecía privado, puntual, único, irrepetible… comenzó a mostrar su rasgo universal.
Amputé el texto, le cambié algunos tiempos verbales. Lo que no pude es nombrarlo... Está registrado con su primer verso.
Ya no espero
que por las hendiduras
del jugueteo
se filtre el beso.
Me desbordo
y en vos
no hallo límites.
Me propongo no tocarte,
y no puedo.
Es tan delicioso
el revés de tus dedos
que frotarlos suavemente
como en espejo
me producen saciedad:
el solaz
de un suave almíbar,
aterciopelado
y sutil
que se disuelve en el ánimo
para dejarlo
suspendido,
iluminado
y sabroso.
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