No fue como cuando fueron al zoológico. El león en
su jaula, las serpientes entre vidrios y el panda entre peluches. Durante dos
semanas se recolectó azúcar, yerba y leche en polvo que luego una delegación de
alumnos, docentes y padres llevaron al comedor de carenciados del barrio de la
Boca. Ella había conseguido en oferta un paquete de yerba. Sintió que hacía
demasiado bien, y sentía que algún rostro anónimo jamás se lo agradecería.
Decidió acompañar a su hija. Llegó ese día, y ella, siempre muy precavida, le
explicó a su hija que eso no era como cuando fueron al zoológico. Entonces sacó
los dos barbijos, se lo puso a su hija, se lo puso ella y entraron al comedor.
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