Minutos después, solo pedía que él se fuera. Ella al principio no se hacía cargo. Fue por
el llanto de su nietito que reaccionó. El bebé todavía no comprendía palabras,
pero entendió la agresión.
Es que un Uriburu se
les cruzó acompañado de frases redondas de tanto uso. Todo el pasillo los
siguió, increpándoles: “A los negros hay que matarlos de chiquitos",
"andáte negra villera" y otras seguramente nunca escuchadas en
nuestra patria.
Aterrada, sacó al
nietito del chango y corrió hacia un repositor cercano, quien llamó a los de
seguridad. En el audio del hiper, detrás de las ofertas del día, resonó ese
slogan que te hace sentir con la paranoia de un recién fumado: "Yo te
conozco". "Yo te conozco".
El responsable de
seguridad se acercó a la góndola, escuchó el relato de la señora, y se excusó:
"no podemos sacarlo de acá, señora, está comprando"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario